Síndrome del impostor: daño colateral de la pandemia en estudiantes

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De acuerdo a este estudio, el síndrome del impostor consiste en interpretar la realidad a través de un prisma de inseguridad que produce síntomas de incompetencia laboral, con lo que se trata de un trastorno bastante común que ha sufrido, alguna vez en su vida, más del 70 por ciento de la población

Noticias México.- Además de padecer el riesgo constante de contagios de Covid-19 y el encierro de más de un año, los jóvenes tabasqueños se enfrentan a una serie de problemas ocasionados por el confinamiento y todas sus consecuencias. El síndrome del impostor es uno de ellos.

Desde el hartazgo, aburrimiento hasta bajo rendimiento escolar por no estar de acuerdo con el aprendizaje obtenido en las clases en línea, los estudiantes enfrentan además algunos padecimientos entre los que se encuentran antes mencionados.

Este raro padecimiento, además de afectar a la población estudiantil, ocasiona una pandemia en el ámbito laboral ya que se trata de un fenómeno psicológico descrito, por primera vez, en 1978 en el International Journal of Behavioral Science en un artículo llamado The Impostor Phenomenon.

De acuerdo a este estudio, el síndrome del impostor consiste en interpretar la realidad a través de un prisma de inseguridad que produce síntomas de incompetencia laboral, con lo que se trata de un trastorno bastante común que ha sufrido, alguna vez en su vida, más del 70 por ciento de la población.

En opinión de algunos especialistas, el síndrome del impostor generalmente se manifiesta en momentos de cambio, como cuando una persona inicia un nuevo trabajo, un nuevo puesto o un nuevo proyecto, o cuando asume mayores responsabilidades.

De ahí que se manifiesta como un temor agudo que hace sentir a la persona incompetente y que no podrá encargarse del trabajo que les están dando, haciéndoles creer que es impostor y que está engañando a todas las personas a su alrededor.

Cabe señalar que cualquier persona puede reconocer que padece el síndrome del impostor cuando uno atribuye su éxito en una tarea, ya sea una evaluación en la universidad, unos resultados en el trabajo, oa factores externos, incontrolables para la persona, tales como la suerte.

De este modo, la persona cree que su rendimiento ha estado por encima de sus capacidades y que en las próximas veces que se encuentra enfrente a tareas similares va a fallar.

Aunado a ello, suele ser frecuente que la persona esté unida a trastornos del estado del ánimo, ansiedad y depresión, la dificultad de disfrutar de su trabajo y el agotamiento laboral ”.

Aunque este síndrome es bastante común, y se dice que puede afectar más a mujeres que a hombres, estos son 18 por ciento menos susceptibles de sentir las consecuencias de este síndrome.

No obstante, para superar el síndrome del impostor es sumamente importante rodearse de seres queridos, fuera del espacio laboral, que logren recordar la valía como personas y los éxitos que se han alcanzado.

De igual forma, se puede enfrentar esta sensación ponderando, racionalmente, los aspectos negativos que nos atormentan sobre nuestra competencia laboral.

Como ejemplo, es un buen ejercicio escribir listas de las deficiencias que sentimos apremiantes en nuestro trabajo y dilucidar decisiones son críticas reales y decisiones son exigencias subjetivas irreales.

Fuente: agencias.

 

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