Plástico del océano puede llegar a nuestro plato de comida

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Se calcula que cada año se vierten hasta 8 millones de toneladas de plástico en los océanos y que para 2050 habrá más plástico que peces en el océano, según datos de la Fundación Ellen MacArthur. Greenpeace ya ha advertido que existen cinco islas de basura distribuidas entre el océano Índico, Atlántico y Pacífico

Notimexico/Agencias.- Vivimos rodeados de agua: los ríos, mares y océanos hacen posible la vida humana y guardan dentro cientos de especies de flora y fauna. Aunque cerca del 70 % de la superficie de nuestro planeta está cubierta de agua, diversos estudios indican que solo el 0.007 % de ella es potable, un porcentaje que se está reduciendo por la contaminación del mar.

Esto no solo afecta a los seres humanos, sino también a miles de especies marinas que quedan atrapadas con la basura, enferman al ingerirla e incluso mueren cada año por ella. Actualmente, unas 700 especies de organismos marinos se ven afectadas por la contaminación de ríos, mares y océanos a nivel mundial, según Greenpeace.

De un lado, los ríos son perjudicados por productos químicos, aguas residuales, derrames de petróleo, residuos industriales, entre otros, que afectan la calidad de su agua. En el caso de los mares y océanos, existe un gran enemigo: el plástico que seguimos usando día a día en bolsas, envases, vasos, cubiertos o mascarillas está acabando con el ecosistema marino.

Se calcula que cada año se vierten hasta 8 millones de toneladas de plástico en los océanos y que para 2050 habrá más plástico que peces en el océano, según datos de la Fundación Ellen MacArthur. Greenpeace ya ha advertido que existen cinco islas de basura distribuidas entre el océano Índico, Atlántico y Pacífico. ¿Cómo llegan todos estos residuos al mar?

Una vez que usamos platos, botellas, sorbetes, bolsas de plástico y las botamos, estas tienen tres posibles destinos: llegan a vertederos, son incineradas o, en el mejor de los casos, son recicladas. La acción del viento y de la lluvia provoca que estos residuos lleguen a ríos, mares, alcantarillas y océanos. Sumado a esto, cada año miles de personas arrojan sus residuos deliberadamente a los ríos y miles de visitantes en las playas dejan basura en ellas, incrementando la contaminación.

En el Perú, datos del Ministerio del Ambiente señalan que el 46 % de los residuos que hay en las playas peruanas son de plástico. Además, apenas el 4 % de las 900 000 toneladas de plástico que se desechan en el país son recicladas para producir nuevos envases. Todos estos residuos tardan años en descomponerse, por ejemplo: una bolsa de plástico tarda 150 años en degradarse, mientras que una botella puede demorar hasta 1 000 años en hacerlo.

Los plásticos que se suelen ver flotando en los océanos solo son el problema inicial, ya que representan menos del 15 % de todos los plásticos que hay en el mar, según Greenpeace. En las profundidades se pueden encontrar microplásticos, es decir, partículas de plástico menores a 5 mm que están afectando el ecosistema marino.

Los microplásticos se producen de tres maneras: (1) luego de que la luz solar, el viento y el oleaje parten los desechos plásticos grandes que llegan al mar; (2) los que fabrican las industrias de jabones, cremas, geles y pastas dentales y (3) a través del polvo de neumáticos y al lavar ropa con fibra sintética.

De acuerdo con un estudio publicado en la revista científica Plos One, existen más de 5 billones de piezas de plástico en el océano. Estas partículas son ingeridas por especies marinas provocándoles daños internos e incluso la muerte. Cada año, más de un millón de aves y más de 100 000 mamíferos marinos mueren como consecuencia de la basura plástica que hay en el mar.

Pero no solo los afecta a ellos; muchas de las especies que sobreviven al alimentarse de microplásticos llegan finalmente a nuestra mesa y afectan nuestra salud. Un estudio publicado en la revista científica «Environmental Science and Technology” indica que una persona puede ingerir y respirar entre 70 000 y 121 000 partículas de microplásticos al año. Estos afectan también el aire, el agua que sale por nuestros caños y hasta la calidad de la sal que producimos.

El plástico que usamos a diario está causando demasiado daño al medio ambiente. Para contribuir a que las especies marinas se mantengan seguras y saludables, y a que nuestros océanos permanezcan limpios, podemos empezar a aplicar las siguientes acciones:

– Usar bolsas reutilizables para las compras diarias.

– Llevar nuestros propios cubiertos en la mochila o bolsa cuando comamos fuera de casa.

– Evitar comprar agua embotellada. En cambio, usar tomatodos de vidrio o acero inoxidable.

– Evitar comprar juguetes de plástico.

– Dejar de lado el uso de máquinas de afeitar desechables.

– Aplicar las 3 R: reducir, reciclar y reutilizar.

Necesitamos empezar a construir ciudades que ayuden a mejorar nuestra calidad de vida a través de buenas prácticas que involucren el cuidado ambiental, la economía circular y la movilidad sostenible.

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