La NASA despliega todas sus herramientas para monitorear la actividad volcánica del planeta

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La NASA despliega esfuerzos significativos para monitorear este tipo de fenómenos naturales, y ofrece herramientas que ayudan a garantizar la seguridad de la población y profundizar nuestro conocimiento de estas dinámicas terrestres

Notimexico/Agencias.- Durante la segunda mitad de 2021, la erupción volcánica de La Palma, España, y la erupción del Monte Semeru en la isla de Java, Indonesia, captaron la atención de los medios de comunicación por las dramáticas imágenes de las bombas y ríos de lava que avanzaban hacia la costa, arrasando con poblados y zonas agrícolas a su paso.e

Pero erupciones como estas son comunes: en promedio, se dan entre 16 y 20 eventos volcánicos alrededor del planeta cada día, un recordatorio de lo dinámico y complejo que es nuestro planeta. La NASA despliega esfuerzos significativos para monitorear este tipo de fenómenos naturales, y ofrece herramientas que ayudan a garantizar la seguridad de la población y profundizar nuestro conocimiento de estas dinámicas terrestres.

La formación de volcanes está ligada a la actividad tectónica o a la presencia de un punto caliente en el manto que atraviesa la corteza. Cuando el magma se acumula, el aumento en la presión interna permite que los gases, compuestos principalmente de dióxido de azufre (SO2), vapor de agua (H2O) y dióxido de carbono (CO2), se separen de la lava. Con el tiempo, estos gases empujan hacia la superficie y cuando la presión supera el punto crítico la corteza se fractura dando lugar a erupciones.

Es a través de la liberación de estos gases a la atmósfera, en particular del SO2, que las erupciones volcánicas influyen en la calidad del aire y el clima. Los volcanes expulsan gases y cenizas que interactúan con la atmósfera, afectando su composición y propiedades. Esta interacción es objeto de gran interés científico, pues se considera un importante motor natural de variaciones climáticas. Además, al afectar la calidad del aire, presentan un riesgo para las poblaciones más vulnerables.

“Las mediciones satelitales de calidad de aire son críticas para poder salvaguardar la salud de la población”, destacó Helena Chapman, gerente asociada del Programa de salud y calidad del aire dentro de la División de Ciencias de la Tierra, Ciencias Aplicadas, de la sede de NASA en Washington, D.C.

“Estos datos ofrecen información en tiempo real sobre las emisiones de gases volcánicos que, junto con otros parámetros, permite a los científicos comprender mejor la dinámica de la actividad volcánica”, explicó Chapman. Agregó que esta información también “permite a los entes oficiales conocer sobre posibles riesgos para la salud y orientar sus planes de preparación y respuesta”.

Los científicos del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, y del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL, por sus siglas en inglés) en Pasadena, California, han desarrollado una herramienta para identificar y rastrear las nubes de ceniza volcánica alrededor del planeta combinando mediciones del espectro ultravioleta y del infrarrojo térmico.

“Estos datos proveen información oportuna al Centro de aviso de ceniza volcánica (VAAC, por sus siglas en inglés) sobre la ubicación y extensión de la ceniza volcánica, y sobre la concentración de SO2 en la atmósfera. El VAAC usa esta información para emitir alertas y ayudará a refinar los pronósticos futuros”, señaló Nickolay Krotkov, científico atmosférico del centro Goddard de la NASA.

En el caso de la erupción de La Soufrière, la cual ocurrió en abril del 2021 en San Vicente y Las Granadinas, la nube volcánica se extendió hasta Cabo Verde en el curso de unos pocos días. “Esto se debe a los patrones de circulación atmosférica, ya que la nube de cenizas rápidamente alcanzó alturas de más de 18 kilómetros, y fue transportada hacia el este por los fuertes vientos del oeste de la troposfera tropical superior”, aseguró Krotov.

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