El país que se está preparando para su posible desaparición

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Con el agua hasta las rodillas, en un sitio que años atrás era un terreno seco, Kofe dejó en claro que el drama que hoy enfrenta Tuvalu es solo un presagio de los graves impactos del cambio climático que azotarán cada vez más, aunque en formas diferentes, a muchos otros países del mundo

Agencias/Notimexico.- Piensa por un momento en tu hogar, tus raíces, el lugar que más amas en el mundo.

Y qué difícil sería siquiera imaginar que ese sitio, literalmente, desapareciera de la faz del planeta.

Para los habitantes de decenas de estados insulares se trata de un temor real.

El aumento del nivel del mar por el cambio climático ya está causando en estas islas pérdida de terrenos y escasez de agua potable.

Esta nación también se prepara legalmente para el peor de los escenarios: la sumersión total de su territorio.

El ministro de Justicia, Comunicaciones y Relaciones Exteriores de Tuvalu, Simon Kofe, envió un dramático mensaje a la COP26, la reciente cumbre de cambio climático en Glasgow, Escocia.

«Nos estamos hundiendo, pero lo mismo le pasa a todo el mundo», afirmó.

Con el agua hasta las rodillas, en un sitio que años atrás era un terreno seco, Kofe dejó en claro que el drama que hoy enfrenta Tuvalu es solo un presagio de los graves impactos del cambio climático que azotarán cada vez más, aunque en formas diferentes, a muchos otros países del mundo.

Tuvalu tiene nueve pequeñas islas y está aproximadamente a 4.000 km de Australia y de Hawái. Sus vecinos más cercanos son Kiribati, Samoa y Fiyi.

«Es una nación insular de baja altitud. El punto más alto sobre el nivel del mar es de 4 metros», explicó el ministro Kofe a BBC Mundo.

Todo el país tiene 26 kilómetros cuadrados, donde viven cerca de 12.000 personas.

Al igual que Kiribati y las Maldivas, entre otros, Tuvalu es un país conformado por atolones, y por ello es especialmente vulnerable al calentamiento global.

Los territorios de estas naciones se asientan sobre arrecifes de coral en forma de anillos, completos o parciales, que rodean una laguna central.

«Vivimos en franjas de tierra muy delgadas y en algunas áreas se puede ver el océano a ambos lados, de un lado el mar abierto y al otro una laguna», señaló Kofe.

«Lo que hemos estado experimentando a lo largo de los años es que con el aumento del nivel del mar vemos la erosión de partes de la isla».

Tuvalu viene enfrentando además ciclones más fuertes y períodos de sequías, agregó el ministro. Y la mayor temperatura del océano ha blanqueado arrecifes de coral, vitales para la protección costera y la reproducción de peces.

Pero hay otro problema aún más acuciante: la intrusión de aguas oceánicas.

El agua del océano se está filtrando bajo el suelo en ciertas áreas y esto afecta los acuíferos, explicó Kofe.

«El agua potable la obtenemos normalmente de la lluvia, pero en algunas islas solían también cavar pozos para acceder al agua subterránea.

«Hoy eso no es posible debido a la intrusión de agua de mar, por lo que básicamente dependemos solo del agua de lluvia».

La penetración de agua salina también inutilizó terrenos para agricultura. El gobierno de Taiwán financia y administra actualmente en Tuvalu un proyecto experimental para producir alimentos en condiciones controladas.

«La salinidad en la arena hace que sea muy difícil para nosotros cultivar nuestros alimentos y dependemos cada vez más de los productos importados», afirmó Kofe.

«El proyecto del gobierno taiwanés tuvo que importar el suelo y el fertilizante».

«Si bien la mayoría de los sistemas de cultivo pueden tolerar eventos muy ocasionales de inundaciones de agua marina, por ejemplo uno en 10 años, y pueden replantarse jardines, si las inundaciones se vuelven muy frecuentes o la intrusión de agua marina llega a nuevas áreas, éstas se pierden en forma permanente».

Así le dijo a BBC Mundo Arthur Webb, investigador de la Universidad de Wollongong en Australia y del Programa de Medio Ambiente de la ONU, quien trabaja para el Proyecto de Adaptación Costera de Tuvalu.

«Por ejemplo, el llamado árbol del pan, Artocarpus altilis, es un cultivo importante y un solo árbol puede producir una gran cosecha durante durante décadas. Pero son altamente intolerantes a la sal y una sola incursión de agua marina puede matar a este árbol causando problemas de seguridad alimentaria en forma permanente»

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