El Día Internacional de los Afrodescendientes celebra su primer año este 31 de agosto de 2021 como una promoción de la cultura africana que permeó otros países y, al mismo tiempo, eliminar las formas de discriminación contra los afrodescendientes
Agencia Notimexico.- De acuerdo con el último censo del INEGI sobre afroemexicanos, en Puebla un total de 39 mil 074 personas se auto reconoce como afromexicana, de los cuales 55 mil 670 son hombres, que representa el 48.9 por ciento, y 58 mil 275 mujeres, que es el 51.1 por ciento, siendo la ciudad capital donde se concentra la mayoría de esta población, seguida del municipio de Tehuacán y Amozoc.
De manera errónea, existe la idea de que la afrodescendencia suele basarse en el color de piel, pero esto no necesariamente determina que una persona pueda reconocerse como tal ya que las tradiciones y el pasado cultural influyen en la percepción de una persona para que decida definirse como afrodescendiente.
Los esfuerzos de visibilización, difusión y sensibilización de la comunidad afrodescendiente en Puebla han permitido que se duplique el número de personas que se han apropiado del término afromexicano, el cual, de acuerdo con Guillermo Alberto Rodríguez Ortiz, Doctor en Historia por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la BUAP, se ha afianzado en México debido al contexto mundial sobre el reconocimiento de estas personas.
En la ciudad de Puebla durante la época colonial la población de esclavos africanos se concentró en la zona de lo que ahora es el Centro Histórico, así como en los barrios de El Alto, La Cruz, Analco, San José y San Sebastián.
Hacia 1580 y hasta 1640, en Puebla se incrementó la presencia de esclavos africanos, quienes durante la época colonial eran empleados como acompañantes de sus propietarios, cocheros, e incluso algunos trabajaron en oficios como zapateros y curtidores. En otros casos, la comunidad africana fue empleada en labores del campo, como en los cultivos de los jesuitas donde ocuparon la mano de obra esclavizada
No obstante, también existieron casos de población africana libre que pudo desempeñarse en algunas actividades laborales, un caso destacado es el de Gregoria Estefanía, una mujer que se auto definía como ‘morena libre’ y durante el siglo XVII trabajó como recolectora de basura, la cual posteriormente era arrojada al río.
Al respecto, el doctor Guillermo Alberto Rodríguez Ortiz explica que en aquel tiempo el estatus libre o esclavizado se determinaba si una persona era negra o morena, sin embargo, los afrodescendientes también lograron destacar en otros aspectos más allá de la esclavitud, como su participación en las milicias de pardos (mestizaje entre una persona africana y una persona indígena), y morenos en el año de 1760 cuando Puebla se convirtió en una de las primeras ciudades en contar con estas milicias.
Previo a la época de la revolución a la población afrodescendiente en México no se le había dado mayor relevancia, por el contrario se tenían ideas racistas y se le atribuían conceptos negativos; con el surgimiento del interés por los pueblos indígenas en este movimiento por exaltar el nacionalismo mexicano, paradójicamente inició el desarrollo de los estudios afromexicanos con el antropólogo Gonzalo Aguirre Beltrán.
Fue hasta la década del setenta y ochenta cuando la realidad social de la población afrodescendiente en México comenzó a cambiar con la influencia de otras regiones del continente latinoamericano y del caribe.
Posteriormente, en los años noventa los afromexicanos comenzaron a alzar la voz para quitar el velo de que las diferencias sociales son de clase y no de raza, esto para señalar la omisión de que en México no hay racismo, cuando históricamente las personas africanas y afrodescendientes han sido discriminadas.
